I’m fifty shades of fucked up
BASTA.
Me desespera la noche
Me desespera la oscuridad
Me desespera estar sola
y extrañarte.
Me desespera pensar
Me desespera no llamarte aunque pudiera
simplemente porque no sabría que decir
tan sólo quiero que estés bien,
Me desespera que no estes acá,
en esta noche tan fría.
Me desesperan las segundas oportunidades
y que gente tan basura las obtenga
mientras yo estoy acá contando los días
que pasan hasta que vuelvas.
Porque podría llamarte por teléfono,
seguramente va a estar apagado.
Podría escribirte un mensaje privado
pero tal vez tu mente esté en otro lado.
Podría invitarte a que me acompañes,
sabiendo que no vendrías.
Porque es otra noche más en la que estoy sola
y sin tu compañía.
Porque si ella no hubiera aparecido
hoy acá estarías.
Porque es una de esas noches imperfectas
que hacíamos perfectas sólo con mirarnos
pero me toca estar acá y sola llorando
preguntandome si algún día te vas a borrar de mi mente
mirando atrás esperando verte.
Con las 12 se hizo un nuevo día
y no se detiene en reloj de la vida.
Hoy miraba mi brazo en el espejo
sabiendo que toda mi vida te recordaría
condenandome a amarte aún más todavía.
Faltan 10 días.
Sólo quiero alguien que me abraze y por fin me diga
“todo va a estar bien”, como yo te abrazé y te lo dije hace 11 días.
Y de a poco me voy sintiendo identificada con esas frases que alguna vez llamaste tuyas.
Everything I touch turns to stone – Sí, todo lo que tocaste lo convertiste en piedra, a mí inclusive. Soy piedra. Y ahora todo lo que yo toco, lo convierto en piedra.
I like to feed on broken hearts – Sí, te gusta alimentarte de corazones rotos, y aunque el mío haya quedado destrozado, día a día junté los pedazos y ahora está completo y reforzado. Pero sigue astillado. Algunas personas buscan limar esas asperezas, para que ya no corte. Pero a mí a veces hasta me parece irreal que haya personas interesadas en mí, y en todo lo que arrastro; y que me lo demuestren. Lo único ante ellas que me taladra la cabeza es que muy dentro mío lo sé, he de tener sólo tener ojos para vos, grabaste tu filosofía en mi corazón; y sé que si dejo que caigan en mi red, esos frágiles corazones sólo van a salir lastimados, y no quiero. Siempre te lo dije, me moldeaste a tu semejanza, como si fuera una cría directa de tu manada. Y ahora me alimento de corazones rotos y es por eso que deberían tener cuidado.
I was blessed with a curse – Sí, fuiste bendecido con una maldición, desde que todo empezó. Y desde que pronunciaste esas palabras, desde el momento en que nacieron en tu cabeza y sospechaste que algún día te iba a querer por demás, desde el universo cayó la maldición sobre mí, porque tus predicciones sin intenciones, se hicieron realidad. Y lloré y te imploré que lo hagas pasar, sabés como hacerlo, librarme de esto, pero dijiste que “con esas cosas no querías jugar”… Y la bendición del amor se hizo notar, y la maldición del amor, quedó grabada en mi ser.
Y hoy fue de esos días productivos, e hice algo que hacía rato tendria que haber hecho.
Me senté en la sala de espera de una red de psicólogos, dispuesta a dejar mi cabeza en las mejores manos. Mientras pasaban los minutos, trataba de ordenar mis pensamientos. ¿Para qué había ido? ¿Cómo resumir 8 meses en sólo minutos? Sabía que iba a tener que mostrar mi marca. LA marca, ¿SU marca?.
Y empezó la entrevista. Luego de plantear un panorana, llegó la pregunta:
-¿Qué te hiciste?
-Me escribí su inicial
-¿Con un cuchillo?
-No, con un elemento de diseño gráfico
-¿Cuándo fue?
-Hace unos meses, este año
-¿Fue para infringirte dolor o sólo para tener su nombre?
-Fue una noche que hablé con él, y por amarlo tanto lo liberé. Mientras hablaba con él me bajó la presión, choqué contra una pared, casi me desvanezco… y llegué a sentir que sólo el dolor corporal iba a poder atenuar lo que sentía adentro, al menos en modo de distracción, porque no se comparaban para nada. Él me decía que no me creía que lo amaba porque sino no hubiera hecho lo que hice, entonces pensaba que si dejaba salir el rojo amor por los poros, tal vez él lo creería y yo podría quedarme tranquila. Y a la misma vez, es un recordatorio de que todo lo que vivo es real y todo fue real, no es una pesadilla.
-¿Alguna vez pensaste en hacerte daño a vos misma?
-Sí, en dos oportunidades. (Le expliqué brevemente)
-¿Descansás bien, cómo son tus sueños?
-Sí, duermo tranquila. Mis sueños son claros, no son perturbadores aunque últimamente sí son extraños. Anoche soñé que él moría, aunque sabía que no podía ser verdad, me desperté preocupada. Y sé que precisamente no significó que él no cumple más un rol importante en mi vida, o que ya no forma parte de ella.
-¿Consumís alcohol?
-Sí, socialemente, cuando salgo.
-¿Consumís drogas?
-Socialmente también, HTC. Tabaco en menor medida ya que me hace mal a la salud.
-¿Cómo te estás alimentando?
-Soy vegetariana hace 2 años
-No me refiero a eso, ¿comés bien?
-En realidad no, como sólo cuando tengo hambre. Son las 17hs y hoy sólo tomé un té verde, 2 barras de cereal y más tarde un helado, o sea que no almorzé.
-¿Eso es todo?
-Sí, eso es todo.
-Pero, ¿no te agarra apetito?
-Claro, simplemente no me agarra apetito. Complejos con mi cuerpo por suerte no tengo, jajaja.
Y no recuerdo qué más me preguntó. Pero sí espero poder seguir adelante con todo esto. Confío en la psicología porque la amo, aunque a la vez secretamente siempre fui un poco escéptica; o tal vez lo que me molesta es el hecho de no poder leer qué es lo que escriben los doctores de la mente en su famosa libreta. ¿Qué es eso que analizan y que tienen que decir de mi? ¿Por qué no puedo saberlo, inmediatamente?. Malditas patologías y sus etiquetas.
Dentro de 10 días aproximadamente será mi primera sesión. En el motivo de la visita, figura “miedo, angustia”. El miedo es por otros temas, la angustia ya me debo imaginar. Tengo turno con una psiquiatra inclusive, para manejar mi ansiedad. Y también me derivaron a un centro de transtornos alimenticios, para controlar que me esté alimentando bien (punto al que JAMÁS imaginé que iba a llegar). Mi familia está en contra de todo tipo de drogas, incluso medicinales, por lo que nunca estuvieron de acuerdo en tomar nada, siquiera pastillas para dormir. La única vez que mi vieja consintió en que tome pequeñas dosis de ansioliticos fue porque estaba cansada de escucharme llorar todas las noches, y la mayoría del tiempo. (Mientras VOS me decías que no tome esas pastillas… y yo te decía que no quería sentir más “las pastillas me vuelven un robot, sin sentimientos, y eso es lo que necesito”). Ella no sabía cual era el verdadero motivo detrás de todo, pero como toda buena madre se compadeció y me facilitó unas pocas dosis. Esas dosis tenian su propio resplandor, eran mi única solución segura, aunque sea temporal. Y de cierta manera me “entusiasma” la idea de que tal vez ahora me las vayan a recetar. Es un garrón necesitarlas pero la diferencia que hacen en mi estado anímico es tremenda. Aunque OJO, hoy en día estoy mucho mejor que meses atrás, por eso tal vez no las necesite a diario, pero no viene mal un “plan B” en caso de alguna recaída.
Estoy contenta por poder empezar a sobrellevar bien todo, y preocupada porque espero que la terapia cognitiva no intente hacerme dejar escribir en este blog, que tanto me salvó. Ya veremos lo que sucede e iré actualizando. Gracias por leer.