viernes, noviembre 23

And the curse of Love was burned in my skin, it was burned in my beign

Y de a poco me voy sintiendo identificada con esas frases que alguna vez llamaste tuyas.

Everything I touch turns to stone – Sí, todo lo que tocaste lo convertiste en piedra, a mí inclusive. Soy piedra. Y ahora todo lo que yo toco, lo convierto en piedra.

I like to feed on broken hearts – Sí, te gusta alimentarte de corazones rotos, y aunque el mío haya quedado destrozado, día a día junté los pedazos y ahora está completo y reforzado. Pero sigue astillado. Algunas personas buscan limar esas asperezas, para que ya no corte. Pero a mí a veces hasta me parece irreal que haya personas interesadas en mí, y en todo lo que arrastro; y que me lo demuestren. Lo único ante ellas que me taladra la cabeza es que muy dentro mío lo sé, he de tener sólo tener ojos para vos, grabaste tu filosofía en mi corazón; y sé que si dejo que caigan en mi red, esos frágiles corazones sólo van a salir lastimados, y no quiero. Siempre te lo dije, me moldeaste a tu semejanza, como si fuera una cría directa de tu manada. Y ahora me alimento de corazones rotos y es por eso que deberían tener cuidado.

I was blessed with a curse – Sí, fuiste bendecido con una maldición, desde que todo empezó. Y desde que pronunciaste esas palabras, desde el momento en que nacieron en tu cabeza y sospechaste que algún día te iba a querer por demás, desde el universo cayó la maldición sobre mí, porque tus predicciones sin intenciones, se hicieron realidad. Y lloré y te imploré que lo hagas pasar, sabés como hacerlo, librarme de esto, pero dijiste que “con esas cosas no querías jugar”… Y la bendición del amor se hizo notar, y la maldición del amor, quedó grabada en mi ser.

lana

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