Y empecé a bajar la barra y a ver el blog a toda velocidad.
Cada vez más rápido.
Se me ponía la piel de gallina…
y las lágrimas caían.
Como si por un momento reviviera todo de golpe.
Pensar adónde estuvimos,
adónde estuve,
adónde estás,
y adonde estoy ahora.
Y te pregunté si sos feliz
y me dijiste NO.
Y al día siguiente llovió.
Sabía que te gustaba la lluvia
pero it wasn’t enough.
Y luego me lo tuve que preguntar yo.
Miraba por la ventana las gotas caer,
bajé la mirada y respondí “no”, también.
Y de fondo, sonaba Portishead.
‘cause it’s only you who can tear me apart
and it’s only you who can turn my wooden heart.
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